El PLE ( historia de una ida y una vuelta)
En
un agujero en el colegio, vivía yo. No un colegio húmedo, sucio, repugnante,
con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un colegio seco, desnudo y
arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un colegio tradicional, y
eso significa COMODIDAD.
Pero
un día tranquilo apareció @balhisay. Lo conocía de hace tiempo porque pululaba
por esta Tierra Media que es Twitter, pero era de otra raza, los innovadores, y
a los cómodos no nos gusta mezclarnos con otras razas. Sólo traen problemas y
trabajo.
Lo
que yo no sabía es que ya había marcado mi puerta con una señal, con unas
letras ininteligibles pero que me cambiarían la vida: eduPLEmooc.
Sin
darme cuenta, estaba comenzando mi historia.
Poco a poco fueron llamando a mi puerta los
componentes de la nueva compañía. ¡Aquello se animaba!
El primer reto al que nos enfrentamos fue
conocer nuestras huellas digitales. Es difícil avanzar si no sabemos de donde
venimos. Como cualquier aventura, los comienzos fueron fáciles: abrirse cuenta
de Gmail (ya tenía), evaluar mi competencia digital, hacer una reflexión en el
foro de debate, meditar sobre mi PLE y publicarlo en el tablero de Pinterest
Para
no estar solo en esta aventura, siempre es bueno convencer a gente para que te
acompañe.
Pronto
empecé a descubrir herramientas nuevas. Primero tuve que abrirme un perfil en docente.me, interesante plataforma para
catalizar toda nuestra presencia en internet. Y enseguida llegó un reto más
serio: abrirme un blog. Aunque había hecho alguno con alumnos, nunca me planteé
tener uno propio ¡si yo no tenía nada que contar! Pero me puse manos a la obra
y en él estáis ahora. A lo largo de todo el curso
el blog ha servido como cuaderno de bitácora donde ir anotando los progresos,
reflexiones…
Las
aportaciones iban llegando, y de todos los compañeros se aprendía algo.
Las
unidades fueron pasando, y las nuevas herramientas me fueron saliendo al paso,
algunas para quedarse, otras para sorprenderme, todas para aprender. Aunque
citarlas a todas sería largo y aburrido, algunas son:
Twitter,para mí la auténtica columna vertebral del MOOC.
Google
drive, imprescindible hoy en día.
Feedly,
genial para seguir a blogs y webs educativas.
Diigo,
para marcadores
Symbaloo,
para gestionar los recursos.
Piktochart,
para crear infografías.
Scoop.it,
para curar y compartir contenidos de la red.
Y
ya nos encontrábamos tan lejos de casa que llegamos a un país nuevo, Afania. Se
nos planteó un reto: ayudar a los dirigentes del país a resolver ciertos
problemas educativos que tenían. Nos agrupamos en comunidades dentro de Google+
para abordar los diferentes enfoques del problema y crear un documento para aportar soluciones.
Y
por si llegar a Afania fuera poca aventura, tuvimos que pelear contra el dragón
y ¡desvirtualizar a nuestros compañeros! Se nos pidió realizar un #Moocafé para
hablar de educación, cara a cara, con otros miembros del MOOC, o con otros
docentes. Aquí tengo que decir que me resultó desgraciadamente imposible,
puesto que no tenía alrededor aventureros que me acompañaran, y no pude hacerlo
virtualmente. No pasa nada, porque disfruté de las experiencias que mis
compañeros colgaban en internet.
Y
la aventura llega a su fin. Toca volver a casa, descender a la realidad y ver
qué se ha quedado en la mochila. Muchas aplicaciones, web y recursos morirán en
la cuneta, cierto, pero el poso que ha dejado el curso dará sus frutos. Seguro.
Y
como muestra, nada más volver a mi agujero de COMODIDAD, ya tenía unas nuevas
siglas marcadas en mi puerta: #ABPmooc…
Continuará…
¡Wow, qué manera de narrar! Me encantó. Saludos.
ResponderEliminarMe alegra saber que te ha gustado Jimena. Es que este MOOC ha sido toda una aventura!
EliminarMe encanto!! genial narrativa
EliminarMuchas gracias Silvia. Disfruté mucho escribiéndolo.
EliminarFelicidades eres un history telling, no se si así se dice pero eres un juglar...
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